Tráfico vehicular en Panamá: una intranquilidad al límite…

Tráfico vehicular en Panamá: una intranquilidad al límite…

Es muy probable que no podamos contar, o siquiera recordar las cantidades de situaciones en el cual nos hemos vuelto preso de los congestionamientos vehiculares especialmente en la cuidad de Panamá.  El tener que conducir su vehículo durante varias horas al su lugar de destino cuando al estar en un flujo de tráfico de liviano a moderado le toma algunos minutos, definitivamente merma la calidad de vida de las personas e igualmente anida efectos directos en la economía o poder adquisitivo tanto de conductores como de pasajeros (citando como ejemplos el tiempo, combustible, desgaste de vehículos, contaminación, etc.).

Definitivamente desde el punto vista humano el estar inmerso en un congestionamiento vehicular puede afectar enormemente desde el estado de salud hasta perder la oportunidad de negocios importantes y sensitivos. Las épocas que se aproximan a fin de año (entre los meses de octubre y diciembre) son los periodos en que todos los conductores y pasajeros de transporte público masivo se sienten agobiados sin tener una solución inmediata en sus manos. Pero, ¿qué del análisis desde el punto de vista de ingeniería? Veamos primeramente algunos conceptos.

Avenida Omar Torrijos Herrera

Avenida Omar Torrijos Herrera

La congestión vehicular desde el punto de vista de ingeniería es una condición a la cual se atribuye a un bajo desempeño en la capacidad de las vías de administrar los volúmenes de tráfico, el cual conlleva a un incremento en la demanda del espacio vial (aplicable a calles, avenidas e inclusive a las autopistas).  Hay muchos factores que inciden en la disminución de la capacidad vial. Los más recurrentes serían el aumento del número de vehículos y reducción de la capacidad de la vía en puntos o sitios específicos o inclusive en un periodo de tiempo determinado (y no menos importante tomar en cuenta el desempeño del servicio de transporte público masivo, accidentes, reparaciones, etc.). Debido a que el tráfico vehicular es un proceso dinámico y que se tiene bien identificado aquellas vías importantes en nuestro país con una alta demanda de capacidad vial, se puede predecir con muy buena exactitud las características del tráfico y establecer medidas de mitigación para minimicen el impacto a conductores como a pasajeros para ofrecer un adecuado nivel de servicio (los niveles de servicio en infraestructuras viales se clasifican desde nivel “A” hasta nivel “F” siendo “A” representado por un régimen de flujo libre y “F” donde se crea la condición de congestión vehicular).

Una de las herramientas que nos proporciona valiosa información una vez procesada son los aforos de tránsito.  Las mismas nos permiten establecer patrones de flujo para periodos específicos que la final inciden en la decisión de expansion de vías y realizar ajustes en la estimación de volúmenes.

Otra característica de relevancia del tránsito en Panamá es la configuración de nuestras vías y avenidas, además de las interconexiones con las autopistas (corredores norte y sur). Debido a que nuestras calles y avenidas tienen un arreglo no acorde al crecimiento demográfico de la ciudad, ha limitado enormemente los espacios disponible para futuro desarrollos. Sin embargo, me parece que aplicando algunas políticas de ordenamiento se podría mejorar momentáneamente el nivel de servicio mientras se ejecutan adecuaciones o mejoras a vías existentes y construir nuevas vías que permitan absorber un porcentaje significativo del flujo vehicular en vías existentes. Una de las ideas puede ser considerando que la mayoría de la economía se mueve alrededor de la ciudad, es la medición de flujos en las distintas vías y avenidas de manera que pueda programarse inversiones de flujo parciales (evaluando tiempo y tramo vial) a ciertas avenidas para aumentar su capacidad (por ejemplo, si originalmente la calle o avenida tiene un sentido direccional del 50% o 67%, con una inversión se aumenta al 100%).  Para implementar este plan, es necesario contar con una estadística actualizada del tráfico en la ciudad y correr modelos de predicción para evaluar los efectos en cada vía.  Otro tipo de solución que ha funcionado en otras latitudes es la adecuación del sistema de trasporte público masivo.  En la medida de que las personas tengan un acceso más directo a sus hogares, oficinas o puestos de trabajo u oros lugares sociales, la necesidad de utilizar vehículos personales para desplazarse en la ciudad disminuiría notablemente. Para ello, es imperativo tener una estadística demográfica de la región y tener un estudio de movilidad para establecer una demanda y adecuar el sistema. Este proceso es de mediano plazo pero al final también incide en efectos positivos en el ambiente (reducción de emisiones de CO y otros gases).

La verdad, hay un sinnúmero de soluciones que podrían aplicarse a mediano y largo plazo para que las personas puedan incrementar su nivel de vida y no pasar largas horas en congestionamientos vehiculares.  Se necesita una política vial integral el cual se haga partícipe a todos los actores en la sociedad y que todas las partes estén dispuestas a contribuir para el bien común.

Si deseas conocer detalles adicionales, puedes enlazarte a la siguiente dirección, el cual puedes tener más conocimiento del tema: Capacidad y Niveles de Servicio de la Infraestructura Vial

 

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